viernes, 1 de noviembre de 2019

LA MULATA DE CORDOBA


Cuenta la leyenda que durante el siglo XVII en la ciudad de Córdoba, vivió una célebre mujer, una joven que nunca envejecía, su belleza era tan grande que todos los hombres se sentían atraídos por ella. Por sus venas corría sangre negra y española, era la Mulata de Córdoba.
La mujer por medio de algunas hierbas y ciertos rituales, atendía a algunos habitantes del pueblo, pues siempre lograba curarlos de alguna enfermedad o de algún mal de amores.
Poco a poco “La Mulata” como todos la conocían fue adquiriendo fama, pues su inexplicable belleza parecía embrujar a los hombres y sus poderes curativos hacían a todos pensar que se trataba de una bruja o de una hechicera.
Un día el alcalde, Don Martín de Ocaña, por medio de costosos regalos trató de conquistarla, pero “La Mulata” siempre se negó a recibirlo y a salir con el.
La molestia de Ocaña fue tan grande que acusó a la “bruja” de hacerle beber un brebaje para que perdiera la razón, motivo que las autoridades tomaron como acusación, de forma que la bella mujer fue lleva a la fuerza a la cárcel de San Juan de Ulúa.
La condena que recibió fue morir quemada en leña verde frente a todo el pueblo.
Una noche antes de que su vida finalizara, “La Mulata” pidió un gis al guardia de seguridad, objeto que utilizó para dibujar en la pared de la prisión un gran barco que se encontraba varado en el mar.
Al otro día y antes del crepúsculo, la mujer preguntó al guardia qué era lo que hacía falta a su barco, a lo que el hombre respondió: ¡Que navegue!
Ella tranquilamente solo le respondió: Mira cómo navega… (la hechicera saltó al barco mientras éste avanzaba entre las olas para perderse en el horizonte que ella misma había dibujado.
Los ojos del guardia no podían creer lo que veían y después de eso nadie más supo nada de la encantadora mujer.



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